En tiempos de confusión,
inseguridad y recelo, nuestro Taller no se quiere permitir un parón que lo
relegue a la inactividad. Siguiendo todas las normas de sanidad necesarias y
obligadas, hemos hecho dos turnos de grupos pequeños.
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1.- Grupo del primer turno |
Hemos
dedicado la tarde a repasar la programación, siempre pendiente de la evolución
de la pandemia, y a una persona que contribuyó al desarrollo social y económico
de nuestro entorno, entonces organizado como el Gran Priorato de San Juan: El
arquitecto Juan de Villanueva, ilustrado, convencido de la necesidad del
progreso humano, revisor de todas las obras públicas del priorato desde 1777 a
1811.
El
coordinador ha comenzado reconociendo que el contenido esencial de su
explicación pertenece a una charla que se tenía prevista para las jornadas
“Frey Quirós” de Turleque en la primavera pasada. Por razones de sobra
conocidas no fue posible su realización y ahora compartimos estos datos.
Primero
identificamos a Villanueva a través de sus obras más conocidas como el Oratorio
de Caballero de Gracia, el Museo del Prado o el Observatorio Astronómico.
Luego, señalamos su mano en obras religiosas y civiles que trajeron progreso a
los pueblos del priorato.
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2.- Primer turno |
Villa a villa, hemos repasado sus actuaciones, nuestro guía ha sido, entre otros libros, el trabajo de Rubio Liniers.[1]
Alcázar de
San Juan, Argamasilla, Ruidera, Camuñas… todos los pueblos que entonces
componían el priorato, fueron acariciados por su mano, en mayor o menor medida.
Las
recurrentes reformas de los templos, repasos de los tejados, renovaciones de
los tabernáculos, reformas integrales de algunas iglesias como las de Camuñas y
de Villafranca; las obras en los grandes almacenes de diezmos que son las tercias
(aquí recordamos que tenemos pendiente visitar la de Arenas de San Juan); las
obras civiles con el objetivo de procurar el desarrollo económico y social como
el canal del Guadiana o de urgencia para asegurar la vida de algún municipio,
como las desplegadas en Turleque y Villafranca después de las desastrosas
inundaciones de septiembre de 1801.
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3.- Grupo del segundo turno |
El trabajo
de Villanueva fue acompañado de la visión ilustrada de un prior único, don
Gabriel de Borbón y de un administrador sensible a las necesidades de sus gentes
como Miguel Cuber. El despotismo ilustrado fijó entonces su mirada en estas
tierras de la Mancha. Después de 1788, con las muertes de don Gabriel y de su
padre Carlos III, entramos en un nuevo período con menos posibilidades
económicas, aunque los trabajos para continuar con las mejoras continuaron,
Villanueva siguió trabajando. Las crisis de la Hacienda, los desastres
naturales, la administración cicatera y la Guerra de la Independencia, acabaron
con un momento que bien pudo ser una primavera para el desarrollo social y
económico. La personalidad de Juan de Villanueva estuvo siempre presente.
Aquí tienes una breve selección de temas e imágenes de lo tratado.
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