Minas romanas de plomo en Madridejos con Casimiro Rodríguez Fernández (18-10-2025)



Casimiro es todo servicio. atento, didáctico y pendiente del grupo de 33 amantes de la historia que fuimos al campo de Madridejos para seguirle y escucharle en una visita a dos minas de plomo que fueron explotadas en época imperial romana.



Bien preparados para andar por el campo en un día muy agradable de otoño recorrimos las nina subterránea del Polvorín y el tajo a cielo abierto de la Corta Santa Bárbara. Cómo es el especialista en mineralogía le hemos pedido una breve explicación que  nos ha remitido amablemente:

Las Minas de La Perdiguera. Lugar de Interés Geológico (LIG Cls 146)

Hace más de 300 millones de años, se formó una gran masa de granito en el subsuelo de la zona situada entre las poblaciones de Consuegra y Madridejos (al oeste) y Camuñas (al este), encajándose entre las calizas del cámbrico y las cuarcitas del ordovícico. La presión y el calor existentes en los bordes del plutón granítico, llevaron a procesos hidrotermales y de bajo grado de metamorfismo de contacto, acumulándose entonces minerales en forma de filones. 



Son más de 12 km de recorrido a lo largo de una antigua calzada romana, la vía XXX del itinerario de Antonino, calzada que desde Toletum (Toledo), pasaba por Consabura (Consuegra), hasta terminar en Laminium (Alhambra, en Ciudad Real), uniendo la antigua Carpetania (gentes de cultura indoeuropea) hasta llegar a los pueblos oretanos (pueblo íbero).

Aquí se encuentran los cerros de “la Perdiguera” (términos de Consuegra y Madridejos), los cerros de “las Caleras” (término de Madridejos), y los cerros de “las Cabezuelas” (término de Camuñas), montes bajos situados a la izquierda del actual camino Real de Consuegra a Puerto Lápice, que discurre entre terrenos incultos, atochares, cultivos de olivares, viñas y los peculiares silos. Tambien encontramos la multitud de labores practicadas para el beneficio del plomo y del cobre. Socavones, rafas (filones vaciados), canteras a cielo abierto y pozos verticales, que aparecen en más de treinta ocasiones.

Se suceden sugerentes nombres de parajes y caminos de un antiguo y casi desconocido pasado minero: el carril de las Minas, la casa del ingeniero Salarnier, La Barranca, el Pozo del Caballo, el camino de la Plata, Las Caleras, el Almaén ...

El inicio de su explotación para beneficiar el plomo y el cobre no es conocido, aunque hay indicios que sugieren que ya los romanos trabajaron en ellas.

Las primeras labores documentadas, datan de 1565, donde se registra una vena de cobre en la Cabeza del Silillo.

En 1865, las minas de plomo argentífero eran propiedad del ingeniero D. Eugenio Salarnier, llevándose a cabo la excavación de 610 m 3 , extrayendo 51.851 kg. de mineral con un contenido estimado de 2.602 kg. de plomo y 50 kg. de plata.

Ya en 1964, el médico de la localidad, D. Mariano Jiménez Ruiz, intenta su reactivación para beneficiar la plata.

En esta ocasión, el Taller de Historia visita dos de las labores mineras más interesantes:

Mina del Polvorín. Es la mina de plomo “Ángel de mi Guarda”, que se utilizó como polvorín durante la Guerra Civil.

Accedemos por un plano inclinado hasta su interior, donde se encuentra una escalera que sigue en paralelo al filón vaciado. A la derecha, unos railes, por los que tiempo atrás transitaba una vagoneta con los minerales extraidos, o en tiempos de guerra, armas y otros artefactos bélicos.



Observamos casi a techo de la galería minerales de alteración de la galena; el color amarillo canario nos indica la presencia del mineral Mimetita.

Bajando, reflejos de Calcita, calizas marrones por acción de las aguas, y calizas mármoreas por efecto en este caso de la presión.

En el fondo confluye otro filón que se empezó a trabajar separándose y remontando al principal, desde el que accederían mediante una escala.

Corta Santa Bárbara. En lo alto del “Cerro de Pichita”, la Casa de Pablo Cano se asoma a una gran zanja de 175 m. de longitud y 10 m. de profundidad, la mayor labor de todas. Es sin duda la concesión de la que se ha extraído más mineral, particularmente la Baritina en los años 70 del siglo XX.



Además de Barita, encontramos Galena, Aragonito, Cuarzo, Mimetita y otros minerales.

Vemos aquí ocres que se utilizaron en la antigüedad como pigmentos para pintar en las paredes de los abrigos rocosos, o como pinturas corporales.



Y como sucesivos procesos kársticos e hidrotermales, por la acción del agua, el calor, la presión, forman oquedades rellenas de Aragonito coraloide, filones metalíferos y posteriores alteraciones de los minerales formados a otros secundarios.

Casimiro Rodríguez Fernández

Cuando terminamos el recorrido, agradecimos a Casimiro su estupendo trabajo con uno de nuestros patos que le hacen entrar en el selecto grupo de los acolaboradores del Taller de Historia de Villafranca.



Recordemos que el próximo sábado haremos la Ruta del Barroco de Herencia.



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