Rellenando huecos. Las epidemias en Villafranca de los Caballeros

 

Con el título de Las epidemias y la resignación de los humildes, escribimos en el año pasado varias entradas con una recopilación de datos sobre las epidemias que ha sufrido Villafranca, a través del rastro en diversos archivos, Archivo Histórico Provincial de Toledo, Archivo Histórico de Palacio y Archivo Histórico Municipal de Villafranca (AHMV).

                Después de varias visitas al AHMV, podemos completar y añadir más datos sobre el final del siglo XIX y el primer tercio del XX. Gracias a las actas de la Junta Municipal de Sanidad[1] podemos recomponer parcialmente los brotes epidémicos y las medidas sanitarias de defensa de la población en Villafranca.

                La Junta Municipal de Sanidad la presidía el alcalde y sus miembros eran los especialistas de la sanidad (médicos, veterinario, farmacéutico y practicante) y otros vecinos (mayores contribuyentes, propietarios, industriales, obreros). Esta Junta recibe órdenes del Gobernador Civil de la Provincia, asesorado por la Junta Provincial de Sanidad y remite a éste sus informes, es el alcalde quien actúa de nexo entre ambos.

 

Repasemos, a modo de resumen, los detalles siguientes:

Epidemias conocidas que sufre Villafranca

1684.- Peste

1770.- Llagas

1780.- Peste de Pasajes

1798.- Tabardillo (tifus)

1855.- Cólera en julio

1884.- Viruela en Marzo, 18 o 20 personas.

1885.- Peligro de infección de Cólera en junio

1886.- Sarampión en julio y agosto

1889.- Difteria o garrotillo

1891.- Difteria y gripe en marzo y Viruela en octubre

1892.- Inundación que provoca a abundancia de aguas corrompidas (julio)

1894.- Viruela

1895.- Viruela en septiembre, 5 casos

1896.- Viruela, en septiembre hay 5 casos

1897.- Viruela en octubre, una enferma y en noviembre 2 casos, todos en la casa Mesón.

1898.- Viruela en marzo, dos casos, los últimos del brote

1901.- Tosferina

1902.- Viruela en pueblos vecinos en enero. Sarampión en noviembre

1907.- Sarampión en diciembre

1909.- Viruela en diciembre, 2 casos.

1910.- Viruela en noviembre, 10 casos.

1914.- Difteria

1915.- Sarampión

1917.- Escarlatina

1918.- Gripe “Española”

1925.- Sarampión de abril a junio

1927.- Escarlatina en junio

1928.- Agosto: Fiebre tifoidea (1 caso) y fiebre de Malta (1 caso)

1929.- Marzo: Sarampión en varios niños, un caso de fiebre de Malta.

Medidas relativas a las escuelas:

1.- El cierre preventivo de las escuelas para evitar contagios se ha repetido siempre que la infección de turno ha supuesto un gran problema que afecta a los infantes. Viruela, difteria, sarampión y escarlatina son sus causas.

1)     1889.- El 12 julio, ante la infección de difteria, la Junta Municipal de Sanidad acuerda la clausura  de las escuelas para evitar la propagación de esta enfermedad.

2)     1891.- La misma enfermedad provoca un nuevo cierre de las escuelas el 11 de marzo.

3)     1896.- Se retoma esta decisión el 12 de septiembre, hay cinco atacados de viruela en la calle del Toledillo.

4)     1898.- El número de enfermos de viruela vuelve a crecer y las escuelas permanecen cerradas del 4 al 26 de marzo.

5)     1901.- La tosferina justifica un nuevo período sin enseñanza desde el 1 de julio al 4 de septiembre. Parece dilatado, pero acoge la canícula con sus vacaciones.

6)     1902.- Del 19 de noviembre a 14 de enero de 1903 se acuerda el cierre de las escuelas de ambos sexos de la localidad hasta nueva orden, incluso las de orden privado y la de adultos, teniendo en cuenta que a ésta concurren niños que no han llegado a la adolescencia, una epidemia de sarampión muy contagioso lo justifica.

7)     1907.- Es de nuevo el sarampión la causa el 4 de diciembre de 1907. La Junta de Sanidad ruega a la Junta de Instrucción un adelanto de los exámenes para cerrar cuanto antes.

8)     1910.- Del 4 de noviembre hasta primeros de abril de 1911, la viruela vuelve a justificar la decisión.

9)     1914.- El cierre es por la difteria.

10) 1917.- La escarlatina provoca un nuevo cierre en mayo.

11) 1918.- La gripe Española en octubre.

12) 1925.- De abril a junio, por sarampión.

13) 1927.- En junio, por varios casos de escarlatina.

14) 1929.- En marzo, por casos de sarampión en niños.

2.- Admisión de alumnos con condiciones:

                En los casos de viruela no se admiten alumnos que no hayan sido vacunados y aquellos que hayan pasado la enfermedad no son admitidos hasta que el médico asegure que no hay peligro de contagio con un escrito suyo. Vacunas, cuarentenas y certificados médicos.

3.- Otras recomendaciones:

                Recomendaciones a los escolares para que no salgan a la calle ni se junten con otros niños, evitando ocasiones de contagio.

                La limpieza y la desinfección de los recintos escolares y el encalado frecuente de las paredes.

 

Medidas de atención a los más pobres:

4.- Vacunación y revacunación de la viruela y medicinas gratuitas a través de la beneficencia.

5.- Inspección de las casas por los miembros de la Junta Municipal de Sanidad para garantizar que cumplen condiciones de salubridad.

 

En los casos de fallecimiento:

6.- En noviembre de 1884, la Junta de Sanidad dispone que todo el que muriere de dicha enfermedad (viruela), será depositado sin dilación en la capilla de San Juan Bautista extramuros de esta población.

1894: Que en las casas donde ocurra un fallecimiento del padecimiento (viruela) que nos ocupa, se proceda a su desinfección.

1896: Que los cadáveres se conduzcan al cementerio una vez reconocidos por los facultativos, por la vía más corta y por fuera de la población a los que se darán sepultura a las ocho horas de su defunción previa licencia del Juzgado Municipal.

1909: (…) caso de defunción de algún varioloso para proceder a su sepelio se deposite inmediatamente el cadáver en la Capilla del Cementerio siempre con las precauciones debidas en evitación del contagio.

1918: Los cadáveres deben enterrarse cubiertos con saca mortuoria.

Valgan estos ejemplos para comprender que el trato a los fallecidos por las epidemias tienen las mismas guías: aislamiento, rapidez en el entierro y desinfección de sus pertenencias y casas.

Actuación de los médicos:

7.- Al menos uno de ellos formará parte de la Junta de Sanidad y deben asistir a los enfermos tanto particulares como de beneficencia. Tienen la obligación de dar parte inmediato a la Alcaldía de cualquier caso infeccioso que observen. Son la primera línea del frente de combate a las epidemias junto al farmacéutico, el veterinario y el ministrante o practicante.

 

Limpieza de las calles y lugares públicos:

8.- Cada vecino se hacía responsable de sus fachadas y las órdenes municipales instaban a mantener limpias las calles, sin charcos ni balsas de agua. Como ejemplo, una medida de prevención en julio de 1884 de la Junta de Sanidad: (…) como medio de remover las causas generales de insalubridad, la práctica de reconocimiento de pozos inmundos, sumideros, corrales, patios, establecimientos, fábricas, matadero y cementerio municipal, para prohibir los depósitos de basuras y de materias animales y vegetales en putrefacción, extinguir los depósitos insalubres de las fábricas y efluvios pantanosos.

De la misma manera se prohibía depositar basuras en la calle, éstas se debían desalojar directamente desde el barranco de la casa hasta la tierra donde servirían de abono. Labor que se efectuaba por la noche, cuando el tránsito de vecinos era mínimo, evitando los efluvios de los miasmas de la putrefacción.

                Se vigilaba el aseo e higiene de lugares de frecuentes reuniones como el mesón, las escuelas y establecimientos de comestibles.

 

Prevenciones en las casas particulares:

9.- Los bandos municipales siempre aconsejaron mantener limpias las viviendas como se ordena en 1891, mantener limpias las calles y sus viviendas, teniendo especial cuidado de no arrojar las aguas sucias a las calles ni en los basureros, pues esto da lugar debido al mucho calor a la descomposición inmediata de las sustancias orgánicas; por lo que en la precisión de arrojar aguas, las regarán a fin de que se evaporen con prontitud, aconsejando además el jalviego de las habitaciones; (…) el encalado, la limpieza de los basureros, el aseo de las habitaciones, personal y de las ropas eran recuerdos recurrentes a la población.

10.- Para las casas de los enfermos las precauciones dispuestas eran máximas, la primera es el aislamiento radical de la casa y sus moradores, sólo entraba en ella el médico; la segunda es la identificación, se notificaba a los vecinos los casos de infectados y algunas veces se ponía un cartel en la puerta; la tercera es la posterior desinfección de la casa y eliminación de las ropas y vestidos de los enfermos.

Veamos un ejemplo de diciembre de 1909: Primero: Que se prohíba la entrada en la casa donde resida el enfermo de viruelas de toda persona extraña a la asistencia del atacado, lo que se hará cumplir por el señor Alcalde que al efecto mandará publicar bando comunicando a los infractores de estas disposiciones con la multa correspondiente.

Segundo: Que a fin de que nadie pueda alegar ignorancia del domicilio donde se halla el atacado de viruelas se coloque en la entrada de la casa un cartel anunciando la prohibición del caso y,

Tercero: Que se impida la salida por los medios que se crean prudentes del domicilio o habitaciones del enfermo a toda persona encargada directamente de la asistencia del atacado adoptando los procedimientos más apropiados para desinfecciones de ropas y facultativo que le asista (…)

 

Los alimentos:

11.- Era corriente la vigilancia de los artículos de consumo por el médico, el farmacéutico y el veterinario, miembros de la Junta de Sanidad que redoblaban sus esfuerzos durante las epidemias. La carne, las matanzas, las hortalizas y el pescado puestos a la venta se miraban con detalle en estos momentos difíciles. Se recomienda no tomar leche de cabra en 1928 (fiebres de Malta) y hervir la leche cuando ésta pueda ser consumida.

Por el riesgo de infección de cólera en julio de 1885, no se permitió la entrada en Villafranca de cualquier fruta o legumbre de fuera de su término. También en 1924 se toman las siguientes medidas precautorias:

Cuarto: Que se prohíba el transporte de las carnes desde el Matadero a los locales en que se despacha cargadas sobre caballerías y siempre que lo hagan los industriales en carretilla deberán embalarlas en paños blancos y limpios y como más conveniente la construcción de un carruaje cerrado que sólo se utilice para dichos menesteres.

                Sexta: Que el Inspector Municipal redoble la vigilancia en el Matadero y fuera de él examinando detenidamente las reses en vivo que hayan de ser sacrificadas no permitiendo salir del Matadero ninguna res sacrificada sin haber sufrido el debido reconocimiento y obtenida la autorización para dedicar sus carnes al consumo.

                Séptima: Que en el Matadero se haga diariamente limpieza de las dependencias y cuando el señor Inspector lo crea conveniente el blanqueo con cal de las paredes.

Los animales en casa:

12.- Los animales muertos deben trasladarse más allá de un kilómetro de la población y enterrarlos en una fosa bien profunda.

13.- Demanda de limpieza de cuadras y establos.

14.- En 1928, con la aparición de las fiebres de Malta, se prohíbe el tránsito de cabras de ganaderos y de particulares por el pueblo.

 

Los forasteros:

15.- Son vigilados cuando la enfermedad está en los otros pueblos, una vez declarada en la localidad la vigilancia se olvida. Los acuerdos son vigilancia de caminos, prohibición de entrada de enfermos y cuarentena obligatoria en una casa de campo antes de entrar en Villafranca.

 

El ánimo de la comunidad:

16.- Ya hemos mencionado los intentos de que la epidemia no se lleve las ganas de vivir de las gentes de este pueblo. Siempre se ha procurado que el ambiente público sea animoso y esperanzador.

Y último, que no se omita por la Autoridad local toda providencia en cuanto tienda a mantener la serenidad de ánimo en el vecindario para que no resulten ineficaces estos acuerdos (Junta de Sanidad, 16-05-1886).

Conclusiones:

o   La vacunación y la revacunación general y gratuita son las primeras actuaciones en los casos de viruela. A través de la beneficencia, a veces haciéndola obligatoria y vigilando que la población infantil esté vacunada en su totalidad.

o   Viendo los pocos números de casos que aparecen en las actas, parece que los infectados son cada vez menos con el avance de los años, especialmente con la viruela.

o   Los puntos sobre los que propone actuar cada Junta de Sanidad son:

ü  Aseo de casas y calles

ü  Desecación de charcas y depósitos de aguas corrompidas

ü  Desinfección de lugares públicos: escuelas, mesón, tiendas

ü  Vigilancia de la venta y distribución de alimentos (carnes, pesca, verduras y frutas)

ü  Aislamiento de enfermos

ü  Entierro rápido y con garantías de los fallecidos

o   Las diferentes epidemias han dejado un rastro de dolor y pérdidas humanas en nuestro pueblo.

 

Nos quedan muchas preguntas por contestar y algunos datos que explicar. ¿Sabemos algo de las medicinas aplicadas? ¿Cómo se desinfectaban las casas? ¿Y las ropas? Hay casos particulares que merecen un repaso tranquilo para comprobar la humanidad de los que tienen que tomar decisiones. Y temas como las aguas potables, el cementerio o el matadero.

Estos aspectos quedan para una próxima entrada.

Félix Patiño Galán 



[1] AHMV 2.4.2. Actas de la Junta de Sanidad 1883 – 1929

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