La duquesa de Villafranca de los Caballeros

Hace unos días surgió una pregunta en el seno del grupo del Taller de Historia ¿Quién fue la duquesa de Villafranca de los Caballeros? Sobre ella publicó un artículo muy completo el profesor de Historia Javier Avilés, a quien agradezco que me lo haya remitido para publicarlo en esta ventana del Taller.


MARÍA DEL PILAR DE MUGUIRO Y BERUETE


Duquesa de Villafranca de los Caballeros

  

                                                           A mi amigo Felipe Gallego Chacón. In Memoriam.                                                            


María del Pilar de Muguiro y Beruete nació en 1868, en la madrileña calle de Zurbano, en el seno de una familia burguesa. Era hija de Fermín de Muguiro Azcárate e Iribarren, conde de Muguiro, y de Ángela Beruete y Moret. Su padre, de profesión banquero, era oriundo de Olite, provincia de Navarra. Se había instalado en Madrid, donde la familia Iribarren tenía importantes negocios, y allí conoció a María de los Angeles, hija de  Aureliano Beruete Larrinaga, industrial y financiero, nacido en Bilbao, pero domiciliado en Madrid, ciudad por la que llegó a ser senador. La familia Larrinaga debía su fortuna al comercio de minerales. Fundaron en 1882, en Bilbao, “La Vizcaya” que al fusionarse en 1902 con “Altos Hornos” y “La Iberia” darían lugar a los conocidos “Altos Hornos de Vizcaya”.  Aureliano Beruete aumentó sus bienes con la adquisición de numerosas fincas en Ciudad Real, procedentes de las desamortizaciones de Mendizábal y Madoz.
 Fermín y  María de los Angeles se casaron en Madrid el 6 de mayo de 1865, en la Parroquia de S. José. Del matrimonio nacieron siete hijos: María, Juan Bautista, Fermín, Teresa, Angela, Mª del Pilar y Juana.
Imagen relacionada Fermín de Muguiro al margen de los negocios familiares, desarrolló una importante actividad política. Militó siempre en las filas del partido conservador. Fue diputado provincial de Madrid, diputado a Cortes por Tudela y Olite (1876-77 y 1877), y senador por Navarra (1879-1880), Toledo (1880-1884) y Madrid (1891-1893), vocal del Consejo Superior de Agricultura, Industria y Comercio y Consejero del Banco Hispano Americano. La cercanía de la familia Muguiro a la Corona y su influencia en los círculos económicos y políticos llevaron al Rey Alfonso XII a concederle el título de conde de Muguiro (Real Decreto de 4 de febrero de 1878).
La infancia y adolescencia de Pilar de Muguiro transcurrió en Madrid. Fueron años convulsos en los que España vivió importantes cambios políticos: la caída de Isabel II, la fugaz y débil monarquía de Amadeo I, la experiencia de la I República y la Restauración borbónica con Alfonso XII.
En 1885 Pilar conoció al que sería su primer esposo, Francisco de Borbón y Borbón, siete años mayor que ella, duque de Marchena y Grande de España. Francisco era hijo del Infante  Sebastián Gabriel de Borbón y Braganza y de  Mª Cristina de Borbón. Heredó de su padre un inmenso patrimonio en el que estaba incluido el censo enfitéutico que desde 1786 pesaba sobre la finca Laguna y Dehesa de Villafranca de los Caballeros. El nombre de la localidad sería, el que pasados los años y ya viuda, elegiría para el ducado que le concedería Alfonso XIII
Después de un corto noviazgo de apenas un año sus familiares pusieron fecha a la boda. Fue, en mi opinión, un enlace de conveniencia en el que se unían la alta burguesía de los negocios y la más rancia aristocracia terrateniente. Como es obligación entre los miembros de la nobleza, sus padres tuvieron que solicitar la autorización del Rey para casarse.  Fermín de Muguiro solicitó Real licencia en noviembre de 1885. El padre del novio había fallecido y en su nombre la solicitó su curador o tutor, el marqués de San Saturnino.
La ceremonia se celebró el siete de enero de 1886 en el oratorio particular del palacio de la madre del novio, en la calle Ferraz. La boda reunió a lo más granado del mundo de los negocios, la aristocracia y la política. Como padrinos y en representación de la Corona asistieron la duquesa de Medina de las Torres, Camarera Mayor de S.M. y el duque de Sesto, Mayordomo Mayor de Palacio. Como testigos actuaron la madre y hermanos del novio, el marqués de Santa Cruz y Don Segismundo Moret, Ministro de Estado y familiar de la novia. Al día siguiente la prensa se hacía eco del acontecimiento y el diario El Liberal recogía así la noticia: “ En la mañana de ayer se verificó en la capilla del palacio de la infanta doña Cristina, la boda de la hija de los condes de Muguiro con el duque de Marchena. Les dio la bendición el obispo de Madrid, siendo padrinos (...). El novio vestía el uniforme de maestrante, ostentando en su pecho una banda bávara, y la novia un precioso traje de raso blanco, con prendidos de azahar y velo de encaje “.
El matrimonio se marchó muy pronto a Francia, fijando su residencia en París. Allí nació su primogénita, Mª Cristina, el 27 de julio de 1889 en el domicilio familiar de la rue Lesueur, 4. Después nacerían Elena, que murió muy joven, y Mª de los Ángeles.
La felicidad de matrimonio, si es que la hubo alguna vez, duró poco. En  Francisco de Borbón comenzó a manifestarse muy pronto la enfermedad neurobiológica que arrastraba desde años atrás y la vida familiar se hizo insoportable. Comenzó a dilapidar el patrimonio y su desequilibrio psicológico fue cada vez mayor. Después de cinco años de matrimonio, Pilar de Muguiro, tuvo que tomar la difícil decisión de llevar a su esposo ante los tribunales para salvaguardar el futuro de sus hijas. En octubre de 1891, Don Emilio Méndez Muñoz juez de primera instancia del distrito sur de Madrid, declaró pródigo a  Francisco de Borbón y por tanto incapaz para administrar sus bienes propios, los de su esposa e hijos, y los de la sociedad conyugal.
En 1894, en una recepción en El Escorial, Pilar conoció al que sería el gran amor de su vida. Basilio Zaharoff, de origen griego y nacido en Constantinopla, era un hombre de negocios, un casanova, un aventurero que había forjado una gran fortuna y a sus 44 años lo había conseguido casi todo. El encuentro con Pilar,  una mujer inteligente, culta y de una extraordinaria belleza cautivó a Zaharoff. Fue el comienzo de una historia de amor y sufrimiento que duraría hasta el final de sus vidas. Unas semanas más tarde el duque se enteró de la aventura de su esposa y encargó a unos sicarios matar a su amante. Zaharoff fue gravemente herido y la duquesa, dejando de lado todos los convencionalismos, fue a visitarle al hospital. Basilio y Pilar siguieron viéndose en un lugar de la Riviera; las leyes de la época, que no permitían el divorcio, y las convicciones religiosas de ella impidieron el matrimonio.
 Francisco de Borbón murió en noviembre de 1923, en la rue Dumont d´Urville, 12, de París. En el testamento, que había otorgado un año antes ante Don Antonio Mosquera, Vicecónsul de España en París, quiso dejar como heredero de su título de duque de Marchena a su nieto mayor,  Juan Jorge Walford.
Pilar, viuda y sin posibilidad de heredar el título de su difunto marido, hará todo lo posible para obtener del favor Real la concesión de un título propio. Otro miembro de su familia, su hermana Juana, ya había recibido el título de marquesa del Salar y en 1910 fue nombrada Dama de S.M. la Reina.
En abril de 1924 el marqués de Cortina, amigo personal de Pilar, la visitó en su domicilio de París. En la entrevista que ambos mantuvieron ésta le manifestó su intención de hacer unos donativos para algunas obras en las que el Rey tenía especial interés. El marqués se dirigió posteriormente al Embajador de España en París, Quiñones de León, comunicándole la intención de su representada de donar para el Hospital de España en París la renta de unas acciones. La intención de esta entrevista era la de hacer llegar la noticia a conocimiento del Rey. Así ocurrió, y el embajador se lo comunicó el 23 de abril a su amigo, y Secretario del Rey, marqués de Torres de Mendoza.
Ya en España, José Gómez Acebo, marqués de Cortina, visitó en nombre y representación de  Pilar de Muguiro al Secretario real. En la entrevista que mantuvieron en Palacio, éste le informó de la intención del Rey de conceder un título a su representada, en agradecimiento a tanta generosidad.
A primeros de mayo Pilar entregó personalmente en la embajada de España en París, y a su embajador Don José Quiñones de León, 834 obligaciones al 6% de los ferrocarriles París-Orleans para que sus beneficios fuesen destinados a las obras del Hospital Español en París. El mismo mes el marqués de Cortina era recibido en Palacio por S.M. el Rey y le entregaba dos cheques por valor de 100.000 pesetas cada uno. Se destinarían al Colegio de Huérfanos de la Guardia Civil y al Real Patronato de las Hurdes. En la entrevista el Rey comunicó al marqués de Cortina su decisión de conceder el título de duque a Doña Pilar de Muguiro y este le manifestó que de ser así ella tenía especial interés en que llevase el nombre de Villafranca de los Caballeros.
El 26 de mayo el Secretario del Rey se dirigía al Subsecretario de Gracia y Justicia, Don Francisco García Goyena, pidiéndole que por voluntad del Rey preparase el Real Decreto haciendo merced del título, con Grandeza de España y carácter vitalicio, de duquesa de Villafranca de los Caballeros a favor de Doña Pilar de Muguiro y Beruete.
Pocos días más tarde, S.M. el Rey daba la concesión del título, con el visto bueno del Presidente del Directorio Militar, Don Miguel Primo de Rivera: “ Queriendo dar prueba de mi Real aprecio a Doña María del Pilar de Muguiro y Beruete y queriendo recompensar los méritos especiales que ha contraído demostrando su amor a España y sus sentimientos generosos, a propuesta del Jefe del Gobierno, Presidente del Directorio Militar y de acuerdo con éste, vengo en hacerla merced del Título del Reino con carácter vitalicio y con la denominación de Duque de Villafranca de los Caballeros con Grandeza de España. Dado en Palacio a catorce de junio de mil novecientos veinticuatro “. Firmado, Alfonso XIII.
El mismo año, después de guardar el luto de rigor y con licencia del Rey, Pilar de Muguiro y Basilio Zaharoff se casaban en el pequeño pueblo de Arronville, cerca de París. El matrimonio se estableció en Mónaco. Habían esperado treinta años para ver cumplido su sueño, pero más que una boda era el entierro de dos corazones. La vida había pasado delante de ellos sin poder detenerla. Dos años después, en Mónaco, y a los 58 años, sorprendió la muerte a Mª del Pilar de Muguiro y Beruete, duquesa de Villafranca de los Caballeros.



Francisco Javier Avilés Villarejo.

                                                                                                             
                                                                                                                            Licenciado en Historia. U.C.M.     




FUENTES CONSULTADAS.

Archivo del Palacio Real (Madrid). Sección: Títulos Nobiliarios.
Archivo Central del Ministerio de Justicia. Títulos y Grandezas del Reino.
Archivo del Congreso de los Diputados. (Histórico).
Archivo del Senado. (Histórico).
Biblioteca Nacional. Hemeroteca.

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