TALLER DE HISTORIA 2 – 9: Las calles de la Villafranca de los siglos XVII y XVIII.

Sábado 8 de febrero, la tarde estaba nublada y a veces caían unas gotitas. El tiempo no ha sido obstáculo para que 64 amantes de la Historia nos reunamos y decidamos vivir una sesión más aunque sea al aire libre.

Comenzamos con suma puntualidad, a las cinco de la tarde, con las clarísimas explicaciones de Mª Carmen Comendador sobre su exposición que cuenta cómo es el medio de las lagunas de Villafranca, sus suelos, sus plantas, su vida animal. Didáctica y completa que aprovecha la celebración del Día del Medio Ambiente.

Los suelos lagunares con sus diferentes arcillas, el carrizo como purificador natural del agua, las concreciones salitrosas, los patos, las culebras, las mariposas, son ejemplos de lo que nos ha mostrado nuestra guía.

Veinte minutos después comenzamos nuestro paseo por los puntos señeros de Villafranca  durante los siglos XVII y XVIII. El lugar de la antigua ermita de San Cristóbal y el paraje de las Tejeras, nos acercaron a lo largo del antiguo malecón a la ermita de san Antón. Desde allí observamos lo que fue la antigua Serna, el Riato, el Malecón y la Zanja. Las historias y explicaciones de sus nombres y su aparición. San Antón como una ermita propia del Arzobispado y no de la Orden. El último de los santos viejos.
 
Desde ahí enfilamos la Plaza de España, donde escuchamos los nombres de Pozo Palacio, horno de alcaúces, Iglesia, Atrio, centro de reunión.

Un poco más allá nos concentramos cerca de la sacristía para admirar lo que fue la inmensa Tercia de nuestro pueblo, el macizo almacén que recogía los diezmos de granos, vino, queso, azafrán y otras minucias. Casi adivinamos su bodega y sus graneros.

En la plaza de la Carnicería pisamos el terreno del Pósito y de la Carnicería, el mentidero de las noches al fresco y el comienzo de la calle de los Hidalgos.

Al final de la calle de la Tesorera, visitamos los restos de lo que parece que fue la casa de doña Catalina, con su inmenso y señorial patio porticado con columnas antiguas en la planta baja y con zapatas castellanas en la superior.

En la Plaza de la villa, admiramos el escudo de la Alcaldía, adivinamos la extensión de la casa mesón y los fuertes muros de la cárcel. Ya en la calle de la Virgen hemos entrado con la imaginación en el hospital de transeúntes y admirado su imagen de la Asunción. Hemos visto la casa del maestro y la carpintería.

La casa del Sangrador barbero, la de la estanquera, la zona del herrador y del albéitar antes del llegar a la ermita del Cristo de la Vera Cruz, antes de Santa Ana.

Terminamos el recorrido en donde estuvo la ermita de San Juan y recordamos las dos ermitas que no hemos visitado: San Blas y San Sebastián.

Una tarde completa, hemos aprendido un poquito más de nuestro pasado y hemos disfrutado.

La próxima sesión será el sábado 29 de febrero.








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