Los villafranqueros conocemos como puente de Herencia el situado en la carretera que une esta localidad con Villafranca, seguro que no nos equivocamos si decimos que todos los villafranqueros hemos pasado por él innumerables veces. Un punto que anuncia el límite cercano de la provincia de Toledo hacia el sur y la proximidad de Villafranca en sentido contrario. Acoge con decisión las aguas del Amarguillo, cuando éstas corren, pero nunca vemos sus dos ojos señoriales ni su factura elegante de sillería que tiene más de 230 años.
Entre 1786
y 1801 Villafranca sufrió 9 inundaciones que iban creciendo en intensidad. Las
hemos contado en otros artículos y sólo las recordaremos como contexto en el
momento de la construcción de este puente.
Mencionamos este puente cuando repasamos las
inundaciones de finales del siglo XVIII, analizando las actuaciones de las
autoridades ante las recurrentes venidas que empobrecían Villafranca y
señalamos como “segunda actuación” la limpieza del cauce del Amarguillo y la
construcción del puente sobre el camino de Herencia.
En 1788, el
bailío don Miguel Cuber da órdenes a los ayuntamientos de Consuegra,
Madridejos, Camuñas, Villafranca y Herencia para que todos procedan a la
limpieza, profundización y enderezamiento del curso del Amarguillo. Esta orden
acarreaba el problema de la financiación que corría a cargo de los propietarios
de las tierras ribereñas como principales interesados, la ausencia de caudales
en los pósitos y los pocos bienes y ganas de los afectados entorpecieron el
desarrollo de las obras. Aquí, la villa de Villafranca tuvo una actuación
ejemplar y encauzó su parte de río antes que las demás.
Los
alcaldes de Villafranca informan al Prior, en carta de primero de marzo de 1788[1],
que ya han limpiado el cauce del río Amarguillo que les compete y en el mismo
escrito apremian para la construcción de un puente:
El dicho puente es de tanta necesidad que
otra no iguala, y singularmente en el hoy más que nunca, con motivo de haberse
limpiado ya el mismo río, y profundizado lo bastante, en el sitio en el que ha
de construirse, y correr con mucha agua de las presentes lluvias, de tal forma
que no puede pasarse, de un lado a otro, sin buena caballería, y que no lleve
carga, y por ello, aunque Don Francisco Sostre se ha avistado, con los dichos
exponentes, y comunicado lo necesario, sobre la fábrica del enunciado puente,
se hace forzoso se levante, con la posible brevedad, ya por evitar los perjuicios
de no poder cruzarse, en la forma referida, como por los daños que se
ocasionan, a los Pobres que pasen, a Herencia y a los pocos trabajadores sin
caballerías.
Los alcaldes José Manuel
Álvarez de Lara y Bernardo Rodríguez Maroto, pidieron que Francisco Sostre
reconociera el lugar en el mes anterior, cosa que hizo éste con la mayor
diligencia. A primeros de marzo el plan del puente estaba terminado y fue
aprobado por don Gabriel el 14 de marzo de 1788. El infante y su bailío Cuber,
consideraron indispensable su construcción.
La obra se
adjudicó a los maestros alarifes de Villacañas Matías y Emeterio del Pozo en el
precio de 7400 r v. Fue del gusto de Sostre, de manera que a petición de los
constructores se les entregaron otros 900 r v, ya rematado el puente.
Muchos de estos datos aparecen en artículos
anteriores, ahora, consideramos que debemos hacer justicia a esta obra
ilustrada de calidad, que sigue prestando sus servicios con honestidad y
eficacia, sin estridencias y sin que nadie repare en ella.
Aquí está el puente en la actualidad, mostrando elegante su porte, siempre oculto pues pasamos sobre él pendientes de la carretera y nunca lo veremos desde nuestros vehículos ni paseando sobre la vía.
1.- Puente sobre el río Amarguillo en el camino real a Herencia. Fotografía: Félix Patiño, 21-09-2020 |
Si miramos
el plano aprobado y las condiciones comprobaremos que la obra estaba bien
trazada desde el principio, contó con la aquiescencia y el convencimiento de
personas ilustradas que no optaron por alguna alternativa de bajo coste, aunque
ésta existiese. El coste previsto del puente era de 9357 reales de vellón, pero
el arquitecto responsable tenía un plan B de 7890 reales de vellón con un
puente más pequeño
(…) Pero si V I quisiere se reduzca el ancho en
él a sólo 14 pies de luz (que a la verdad es poco) sólo tendrá el de 7890 r vn todo lo que comunico para que disponga lo
conveniente (…)[3]
De sus palabras y de la
voluntad de los gobernantes se concluye que optaron por hacer la obra con la
calidad necesaria.
Éste es el
plan original aprobado. Sobre los planos nos hemos permitido poner notas y
retoques con lo fundamental:
2.- Composición sobre el plano original de Francisco Sostre |
En el conjunto de condiciones para la construcción aparecen detalles que aseguran la calidad. Cuando se refiere a la construcción de los cimientos o cepas del puente, además de su profundidad, establece que deberá macizarlas de buena mampostería, piedra, cal y guijo (…) bien apisonado para cuyo fin debe hacer las mezclas de dos espuertas de arena rasas y una de cal colmada dejando las zanjas enrasadas. Los tres muros, dos laterales y el central que sostienen las bóvedas deben ser de piedra de sillería de pie y medio de alto por dos de tizón (…) Los tajamares deben formar parte de las piezas del muro (…) cuajando de un lado y de otro la hilada de sillería de dos pies de tizón, formando sus piezas de plantilla, para la formación del tajamar de entrada y salida (…) Un último detalle es que dispone el empedrado de la calzada del puente.
Una vez diseñado, este proyecto debe hacerse realidad
y, como ya hemos dicho, los constructores, bajo la dirección de Sostre, fueron
los hermanos Matías y Emeterio del Pozo, maestros de arquitectura y cantería,
residentes en Villacañas. Lo hicieron por el precio de 7400 reales de vellón,
que se nos antoja poco ante lo presupuestado por el aparejador del prior. Si
miramos la construcción tal y como está ahora veremos que se ajusta en todo a
lo especificado en las condiciones, incluso, nos parece que fue mejorado el
proyecto original. Hay un detalle que nos llama la atención: la bóveda de los
ojos es de sillares de piedra y no de ladrillo como se previó. Ignoramos, si
teniendo en cuenta que los hermanos Pozo eran maestros en cantería, les pudo
suponer menos trabajo poner sillares en lugar de una fábrica de ladrillo.
Lo que nos cuentan los papeles del archivo es que en
octubre de 1788, los constructores dirigen una petición[4]
al prior para que tenga en cuenta los costes de la obra y las condiciones del
tiempo, y le piden un aumento de los pagos sobre lo estipulado pues calculan
que su construcción vale más de 15000 reales de vellón. Aducen varias razones
como
-
La fábrica
de buena piedra labrada bajo las mismas condiciones (…)
-
Los
continuados aguaceros que duraron todo el mes de mayo (…) retrasaron los viajes
a las labores e impidieron la carga de mayor peso (…)
-
El
excesivo valor de materiales y manos que han ocupado en la construcción del
puente.
-
Pérdidas que
han experimentado en sus labores por no haber concluido sus barbecheras ni
ahora sembrar las barbecheras porque las falta el competente cultivo.
Este pormenor concluye con un
informe del aparejador Sostre de 18 de mayo de 1789, favorable al pago de una
gratificación que se traduce en 900 reales de vellón. En septiembre, los
hermanos del Pozo siguen recordando al prior la gratificación, por fin en junio
del año 1790 se libran las cantidades que saldan el pago de la obra.
Conclusiones:
El puente de la carretera que va a Herencia es una
construcción de 1788, con planos y control de la obra de Francisco Sostre,
aparejador del prior don Gabriel de Borbón.
Su calidad de construcción está fuera de duda, los
planos están bien trazados y la obra de los hermanos del Pozo la mejoraron con
el empleo de sillería bien trabajada.
Actualmente el puente está oculto a la vista de
cualquier viajero, el acceso es difícil y poco aconsejable. Y mientras no
cambien las condiciones no conviene visitarlo por el tráfico de la carretera y
la ausencia de un camino alternativo.
La obra sigue ahí de una pieza, sólo se puede
observar por su lado occidental. El oriental ha desaparecido por la ampliación
de la vía, una obra nueva ha hecho crecer los ojos del puente y la fachada
oriental es una gran obra de hormigón. El progreso ha sabido utilizar un puente
antiguo en perfecto estado y ha cegado una cara del mismo.
Este puente es un ejemplo de buen hacer.
Por último
añadimos una galería fotográfica que completa lo escrito hasta aquí. Recuerden,
no vayan a visitarlo, es peligroso.
3.- Medidas en metros y pies castellanos. Fotografía, Félix Patiño 21-09-2020. |
4.- Medidas. Fotografía, Félix Patiño 21-09-2020. |
5.- Última ampliación para extender la vía. Fotografía, Félix Patiño 21-09-2020. |
6.- Partes del puente. Fotografía, Félix Patiño 21-09-2020. |
7.- Tajamar labrado, sólo podemos admirar éste. Fotografía, Félix Patiño 21-09-2020. |
8.- La cara Este del puente que oculta la cara original. Fotografía, Félix Patiño, 21-09-2020. |
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