SEMANA SANTA AÑO 1922 - Luis Oliver Mora



 Hace cien años, en 1922, el domingo de Resurrección se celebró el día 16 de abril; en este año en que ahora nos encontramos se festejará ese domingo de Pascua el día 17 del mes de abril. Ha pasado un siglo y las fechas son casi coincidentes.


En aquel año lejano, las temperaturas y la templanza de la atmósfera contribuyeron a que se celebraran con mucho esplendor los cultos populares de las procesiones de la semana de la Pasión.

A continuación vamos a disfrutar de todos los actos que se programaron en la Semana Santa de Villafranca gracias a un artículo que, firmado por Cándido García Patiño, apareció publicado en “El Castellano”, periódico toledano, en la fecha del 22 de abril de 1922. El autor, que escribe con entusiasta sencillez y encendida pasión religiosa, nos va a transportar para que vivamos, como si de una película se tratara, los acontecimientos con los que se rememora la Muerte y Pasión de Jesucristo en la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, en la ermita del Cristo de Santa Ana, y por las calles de nuestro pueblo, en aquel año veintidós del siglo veinte. Es asombrosa la viveza que contienen los párrafos de la narración de Cándido García.

Gracias a lo descrito nos enteramos, entre otras muchas cosas, que la imagen del Santísimo Cristo de Santa Ana, salía en procesión la tarde del jueves santo. Que en aquel año tuvo lugar por primera vez la procesión del encuentro entre Jesús Nazareno y la Verónica. Que el viernes santo se celebraba el acto piadoso del Desenclavo, por el cual la imagen articulada de Jesús Clavado en la Cruz, era descendida del Madero Santo, mientras el sacerdote describía con vehemencia el significado de cada momento transcurrido hasta poner la imagen dentro de la urna de cristal desde donde saldría en procesión, convertido ya en el paso del Santo Sepulcro, esa misma tarde del viernes santo.

Lean y gocen.


- Nuestra semana santa, cómo llega y cómo pasa. 

- No acierta mi pluma a descubrir el júbilo que embarga mi espíritu viendo cómo avanza mi pueblo hacia la verdadera civilización.

Deseos de ver la nueva Semana Santa, todos esperábamos impacientes el Domingo de Ramos. Las campanadas con su agudo acento, nos invitan a seguir sus voces, dóciles al llamamiento, nos encaminamos hacia la iglesia. Poco a poco comienzan los Santos Oficios, y he aquí el momento en que en parte podemos en algo saciar nuestro deseo, vemos, que este año, como nunca, se dan en vez de ramos, pomposas palmas. Llegó el jueves santo y podemos admirar el hermoso y artístico monumento, muy al contrario de los pasados tiempos, todos nos apresuramos a acompañar a Jesús a los pies de su sagrario. En el momento del lavatorio a los Apóstoles, también como nunca, la iglesia, a pesar de su gran amplitud, se ve toda llena de fieles; en ellos ocupó la cátedra sagrada nuestro antiguo párroco don Gregorio Romeral, quien con elevada frase y profundo sentimiento conmueve al auditorio, terminada que fue la oración sagrada, se organizó la procesión de los pasos santos, en los que desfilan ante nuestros ojos las nuevas y bellas imágenes de Jesús atado a la columna; Ecce Homo, Jesús con la Cruz a cuestas, Cristo enclavado en la Cruz, el Cristo de Santa Ana, y por último, la antigua imagen de la Soledad con su nuevo admirable manto; terminada la procesión, ocupó de nuevo la sagrada cátedra, en el sermón de pasión, ante Cristo Nazareno y la Soledad, don Gregorio Romeral, logrando de nuevo conmover al auditorio.



Al amanecer del viernes santo, se organizó la procesión del encuentro de la Verónica con Jesús, acto que ha introducido el celo de los ilustres cura párroco y mayordomo del Cristo de Santa Ana.

También nos conmocionó el santo desenclavo de Cristo, hermosísimo acto con sumo acierto y grandeza de espíritu por Bernabé G- Chacón y por los distinguidos jóvenes de esta localidad don Luis Pozo, Moisés G. Chacón, José Beteta y Cándido García, nuestro celosísimo paisano don Florencio García, describe con vehemencia el descendimiento a la par con su relato, los cinco discípulos van ejecutando la piadosa obra, que arranca fervientes lloros con hondos suspiros del corazón de los fieles.


Se Organizó después la procesión del santo Entierro, las calles, ocupadas por inmenso gentío, constituyen un verdadero bloque al paso de la procesión, pero no sin grandes esfuerzos y tras largo rato, pudimos llegar a la iglesia del Cristo de Santa Ana, donde tienen su morada todos los pasos de la semana santa, y he aquí otro nuevo momento con que mi pueblo da una vez más prueba de su cristiandad, todos con lágrimas en los ojos, nos despedimos de las santas imágenes, y con eso damos por terminados los días de luto. Esperamos más, un día más, y todo lo vimos cumplido. El domingo de Resurrección, muy de mañana, se hizo la procesión del encuentro de Cristo Resucitado con su madre Virgen, terminada la procesión, las campanas nos llaman a misa de gloria, y aumenta nuestro júbilo en grado sumo, al ver cómo una inmensa mayoría de fieles tomó la comunión momentos antes de comenzar la misa.

Y termino mi crónica y orgullosísimo felicito a las autoridades eclesiásticas y civiles de mi pueblo, dado por el sumo interés que una vez más han demostrado; felicito a mi pueblo y me felicito orgullosísimo viendo cómo avanza por el camino de la verdad y del bien, mi hogar, mi patria chica.

C.G.P. (Cándido García Patiño) (El Castellano 22 de abril de 1922)


Hasta aquí el artículo.


Sabemos que, en el Palacio Real, el rey realizaba el Lavatorio de Pobres en la tarde del jueves santo. Previamente esos 12 pobres elegidos habían disfrutado de un abundante banquete en los salones del Palacio. También sabemos que el obispo de Ciudad Real, don Francisco Javier de Irastorza, sentó en la mesa obispal a los doce ancianos pobres que por la tarde actuaron de apóstoles en la ceremonia del Lavatorio y les sirvió un exquisito banquete.

En estos ejemplos creo yo que podemos encontrar el antecedente de la caritativa obra que supone la tradicional Mesa de los Discípulos de nuestro pueblo, de la que no tengo muchas referencias que se haga en otros lugares. Habrá que estudiar la historia de esta típica acción dadivosa de la semana santa villafranquera. Dicen que los pobres son los representantes de Dios en el mundo. No lo olvidemos

Luis Oliver Mora (abril 2022)

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