Ocupamos toda la mañana del sábado, nublada y con un poco de lluvia, pero el ambiente fue siempre cálido gracias a la cercanía, el cariño y la acogida de Paco Lara, nuestro guía. Los cuarenta amantes de la historia presentes, disfrutamos de sus explicaciones y del recorrido por Consuegra desde la 11 de la mañana a las 2 de la tarde. Agradecemos el esfuerzo y el trabajo de nuestro guía que ya ocupa un lugar honorable en el grupo de los poseedores del Pato Lagunero.
Paco Lara, redondeando su servicio al taller, nos remite esta estupenda crónica de nuestros pasos por la Consuegra Prioral:
El Grupo del Taller de Historia de
Villafranca, visita Consuegra ese día, para informarse y ver “in situ”, lugares
donde se movió la Soberana Orden de San Juan de Jerusalén y desde donde ejerció
su poder, dividido en funciones tan dispares como la militar, la hospitalaria y
la religiosa, en todo el Priorato de San Juan de Jerusalén, que abarcaba villas
de dos provincias actuales, Toledo y Ciudad Real, y sobre todo, hasta mediados
del siglo XIX.
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Los recibió Francisco Lara Sánchez,
veterinario y amigo de indagar la historia de Consuegra, de sus habitantes, y
de sus devociones religiosas.
Una vez presentado por el responsable
del Taller, Félix Patiño, y ya en la Plaza de España de Consuegra, Francisco
Lara esboza muy brevemente la historia de la fundación de esta hoy ciudad, ya
desde los remotos tiempos de Consaburano (que da origen al gentilicio de los
ciudadanos de Consuegra), pasando por la resistencia de los carpetanos ante las
tropas de Aníbal el cartaginense, y la posterior ocupación romana, que tantos y
tan valiosos vestigios dejó en Consuegra (disposición de la antigua urbe
romana, el Foro, el Circo y las obras hidráulicas, tan trascendentales para el
desarrollo de esta urbe), y cuya entrada quedaba flanqueada por dos arcos en la
actual calle del Arco.
La visita se interesa por lo que la
Orden de San Juan hace y deja en Consuegra y su Priorato, que se entrega por
Alfonso VIII a la Orden en 1183. Esta zona ha sido siempre, frontera entre dos
mundos, el castellano y el musulmán, y a los dos ha pertenecido su castillo y
alfoz, en tiempos sucesivos. Antes, se nos señala la vieja leyenda, sobre la
traición que el Conde D Julián lleva a cabo, en el cercano monte la Calderina, en
Urda, facilitando la entrada de los musulmanes en la Península en 711.
De camino al que fue Palacio Prioral,
con torre en pie, acceso por puerta ojival y cuevas cuyo entramado, dice la
tradición que llevaría al curioso hasta el mismo castillo, pasamos por el que
fue Hospital de la Orden, destinado a los pobres, fundado en 1453, y que tuvo
una dotación de sanitarios para atender, entre otras, una gran epidemia de
tercianas, allá por 1803, causando la muerte de 576 personas y que, además
ocasionó el tratamiento de otros 740 enfermos.
En el que fue Palacio, nos detenemos en
dos estatuas de personajes de la Consaburum romana, al tiempo que se nos señala
el “escudo” de un prior, Quiroga, que debió estar en el Sacro Convento de Santa
María del Monte, y el tiempo lo trajo aquí, con la cruz escoltada en cuartos de
robles y cinco lanzas. Con la visita a las cuevas, termina esta parte del
recorrido al antiguo Palacio.
Ya de camino a la Ermita del Santísimo
Cristo de la Vera Cruz, observamos curiosos el resto del ábside de la Parroquia
de Santa María, saqueada por los franceses en 1809. La ermita es fruto del
empeño de la Orden de San Juan por construir una “casa digna”, al considerado
Patrón de Consuegra, en pugna con el Arzobispado de Toledo. La Imagen del
Cristo, curiosamente imberbe como solo cuatro Imágenes existen en España, es el
centro de este templo, que guarda varias advocaciones pasionistas de Consuegra,
y un delicado Lignum Crucis cuya Auténtica se guarda en el Museo. El
Museo Sacro, con un sector textil y otro de enseres y orfebrería, gira en torno
a la historia consaburense, y en él vemos un valioso Paño de la Sagrada Cena
medieval, una Inmaculada procedente del Convento de Franciscanos con manos y
cara de marfil y una pintura de Zacarías González de muy buena factura, entre
otras muchas valiosas piezas. El Mayordomo Mayor del patronato del Cristo tiene
la gentileza de obsequiarnos con un libro sobre la devoción a la Vera Cruz en
Consuegra.
Y ya para terminar la visita a
Consuegra, nos dirigimos a la Iglesia de San Juan Bautista, pasando por el
Convento de MM Bernardas, en cuyo seno tomó posesión D. Juan de Austria de su
dignidad como Gran Prior en 1664. La mole de San Juan, a la que nos adentramos,
obra de 1567, nos recibe a través de un baptisterio diseñado por Juan de
Villanueva, al igual que el presbiterio, sobre el año 1795, después de una de
las varias inundaciones sufridas por el templo, cercano al río Amarguillo. En
esta estancia donde tantos consaburenses fueron y son bautizados, recalamos en
un cuadro, en vías de atribución a Luis Tristán, discípulo de El Greco. Las
cinco pinturas de José Beratón, presiden el altar mayor de un templo con
significado peregrino, culminado por una gran concha cercana a la bóveda. Se
nos llama la atención sobre dos puertas de fábrica clásica-renacentista que dan
acceso a coro y baptisterio, posiblemente procedentes de una antígua iglesia
anterior a este templo, que fue Parroquia hasta 1900.
Este recorrido termina con la entrega
de un recuerdo, ya icónico de este Taller de Historia, en agradecimiento a
Francisco Lara que nos ha recibido con el cariño de quien abre las puertas de
su casa a unos amigos que comparten afición y enormes ganas de conocimiento.
El próximo taller será el sábado 29 en la sala de conferencias de la Casa de la Cultura. Hablaremos de historias de las lagunas que nos han aportado los diferentes archivos para sacar nuestras propias conclusiones.
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