En julio de 1909, en Barcelona, los revolucionarios
anarquistas levantaban barricadas, quemaban conventos y desenterraban sepulcros
de monjas. El hambre de los pobres y la rabia de un servicio militar injusto se
materializaba en una crisis social y política que terminó como siempre, con la
implacable intervención de las fuerzas del orden y el fin del gobierno de Maura
y de su intento reformista conservador.
Canalejas
asumió el reto desde el partido Liberal con una nueva agenda: el servicio
militar obligatorio, reformas de bienestar social, impuestos directos
progresivos y eliminación de los consumos[1],
freno a la creciente influencia política de la institución eclesiástica e
impulso a la educación general. Después de muchos desengaños, José Canalejas
fue asesinado por un anarquista el 12 de noviembre de 1912 en la esquina de la
calle Carretas de Madrid. El lugar lo visitamos cuando hicimos nuestra Ruta de los atentados en diciembre de
2019.
Respetando
el turno de partidos, Romanones y Dato continuaran en la presidencia del
Consejo de Ministros de signo conservador.
Mientras estos hechos
marcan la actividad política nacional, en Villafranca, la vida transcurre como
siempre, las tareas del campo marcan el calendario cotidiano, la mayoría de la
población vive de sus trabajos, los maestros recogen en sus dos aulas (niños y
niñas) a todos los alumnos que asisten y se han acostumbrado al cierre
intermitente de las escuelas por los brotes epidémicos. Las noticias que llegan
de otras naciones europeas cuentan conflictos crecientes en los Balcanes y en
África mientras se fortalecen las alianzas de las grandes potencias en dos
bandos bien marcados. Mirando Villafranca de los Caballeros, pongamos el foco
en una encuesta ordenada desde el Ministerio de la Gobernación que en
Villafranca se cumplimenta el 20 de mayo de 1913. El médico titular don Enrique
Ferrer, como Inspector Municipal de Sanidad es el encargado de redactarlo y gracias
a este documento, veremos la situación higiénica y sanitaria de nuestro pueblo
en el quinquenio de 1908 a 1912.
En mis
visitas al Archivo Municipal de Villafranca de los Caballeros, siguiendo la
pista de las epidemias en nuestro pueblo, me encontré con este informe[2]
que redacta don Enrique de su puño y letra. Sus respuestas pecan de genéricas y
un investigador echa de menos algún detalle más. Aún así, el informe es un
tesoro de información sobre nuestro pueblo en los comienzos del siglo XX.
Expondré aquí un resumen del mismo agrupando sus datos por los temas que trata.
1.- Las calles de Villafranca: En diferentes respuestas, don Enrique
comenta el estado de las calles como:
Más estrechas que anchas y algunas
empedradas, la generalidad con la misma tierra. Las vías públicas se limpian en
aquellas casas en que la lluvia ha dejado légamo o cieno, por lo demás el agua
se remansa en la calle y forma charcos.
Según él, la pésima costumbre de dejar los carros en
la acera intercepta el tráfico y aumenta el peligro de traumatismos en las noches
oscuras. Considera que la falta de higiene en las calles es un foco de
contagio. Por último, propone la necesaria limpieza y saneamiento de éstas.
2.- Las aguas: No existe alcantarillado. Las lagunas son los baños
públicos de la localidad. No ve con buenos ojos la costumbre de bañar en ellas
también a las caballerías.
Cataloga las aguas del Almaén como buenas; de buena
calidad, la tubería de cerámica que las trae al centro del pueblo, de cuya fuente
se surten todos los villafranqueros.
Procede de una fuente a distancia de 12
kilómetros próximamente del pueblo el punto de su salida y situada dicha fuente
en el centro del pueblo, son de buena naturaleza y como potables, muy
aceptables, no existen aljibes.
3.- Las casas: Sin baños, pero con acceso fácil al agua potable de la
fuente de la plaza.
Sin condiciones higiénicas, en las
particulares son aceptables, en el proletariado, en general son malas.
4.- Las escuelas: Una de niños y otra de niñas. De insuficiente
capacidad. Sus locales necesitan mejoras.
5.- Posadas: Hay dos, capaces y de regular aseo.
6.- Cementerio: A unos 600 metros de la población, peca de deficiente
capacidad pero sus condiciones son salubres.
7.- Mataderos: No existen, las reses se sacrifican en las casas de los
carniceros. El número de animales sacrificados para consumo de carne son:
Lanares:
Lanares… 1729
Carneros… 0050
Lechares… 0800
Cabrío
Cabras… 0700
Castrones… 0150
Lechares… 0280
Cerdos 0400
TOTAL GENERAL… 3628
Las epizootias observadas son viruela en 1910 y 1911
y glosopeda en 1912.
Propone una mejora, la construcción de un matadero de
reses de consumo público.
8.- Las industrias fabriles agrícolas y mineras: Sólo hay alguna
panadería y hornos de hierro, todos dentro de la población, con regulares
condiciones de salubridad.
9.- El vino de Villafranca:
La cantidad de vino aproximada que se
produce en la población, contando con una bodega, la mayor y que merece tal
nombre en relación con las demás que son insignificantes, es de más de 100.000
@ que sólo en parte pequeña se consume en la localidad, pues de ella se exporta
mucho a diferentes puntos. La clase de vino es buena, al menos los naturales
del país no lo adulteran.
10.- Condiciones de vida: La alimentación
del bracero del campo es bastante deficiente en calidad. No faltan casos
aislados de alcoholismo aunque no muestran manifestaciones patológicas.
La dieta de un villafranquero se basa en pan de
trigo, harina de almortas y pocas verduras. También se siembran para consumo
patatas, melones y sandías y se hace bastante queso. El consumo de carne se
corresponde con el listado del punto 7.
11.- Enfermos. Datos generales: En Villafranca no hay sifilíticos ni
leprosos. Don Enrique ha detectado tres casos de cáncer, una mujer de 50 años
con cáncer de matriz, otra de 52 con cáncer de nariz y un varón con cáncer de
labio. El paludismo aparece todos los años con unos 20 casos. Ha vivido una
epidemia de sarampión en 1907-1908 otra de viruela en 1911. Seis ciegos viven
en el pueblo, tres mujeres y tres varones. Sólo existe un loco digno de este
nombre, un varón de 37 años recluido en un manicomio. Hay tres varones y tres
hembras con demencia senil. Los sordomudos son los siguientes:
Existen en número de 8 clasificados como
sigue:
Un niño de 16 años que se halla en el Colegio
de Sordomudos de Madrid.
Otro varón de oficio zapatero de 23 años.
Otra niña de 13 años con las ocupaciones
propias de su edad.
Otra niña de 7 años de edad ídem.
Un varón de 7 años.
Un niño de 8 años ídem.
Otra niña de 19 años con las ocupaciones
propias de su edad y sexo.
Varón de 37 años, sin oficio, vive de la
caridad y de tocar la guitarra.
Existe la mendicidad, figurando en mi lista
como Médico de la Beneficencia en número de 203, pero pobres de solemnidad hay
aproximadamente 90.
13.- Causas de insalubridad de la población:
La poca limpieza de las calles y la
deficiente alimentación en cantidad y calidad de la clase trabajadora.
14.- Causas de las defunciones en Villafranca de 1908 a 1912.-
Detallando los tramos de edad y el género de los individuos, don Enrique Ferrer
asigna las causas de las muertes habidas en Villafranca según lo dictado por la
Inspección General de Sanidad. En la imagen podemos observar las cantidades
puestas por su mano. La siguiente tabla detalla las causas de las muertes en
Villafranca después de eliminar aquellas que no han afectado a los
villafranqueros.
Analicemos los números. Si miramos las causas de
muerte de las personas de mayor edad, nos aparecen las siguientes enfermedades:
tuberculosis, hemorragias cerebrales, afecciones cardiacas, enfermedades
respiratorias y debilidad senil. Los muertos con más de 60 años en el
quinquenio son 139.
En el lado
opuesto de la tabla, el número de infantes muertos es sobrecogedor. Los niños y
niñas que no consiguen pasar de los cinco años entre 1908 y 1912 son 340, una
cantidad que con nuestros ojos consideraríamos tercermundista y por supuesto,
perteneciente al ciclo demográfico antiguo, todavía imperante en nuestras
tierras: muchos nacimientos y muchas muertes.
Las
enfermedades que más atacan a los niños son: viruela, sarampión, tosferina,
difteria, bronquitis, neumonía, diarrea y debilidad congénita. Todas ellas y
especialmente la última, hijas de la alimentación deficiente y de las
condiciones de vida insalubres y míseras.
Otra manera
de mirar la lacra de la mortalidad infantil en Villafranca es el gráfico
siguiente que recoge los datos de la tabla anterior.
Entre 1908
y 1912, Villafranca sufre altas tasas de mortalidad infantil; el amplio abanico
de enfermedades mortales que la acosan, ahora es sólo un recuerdo; sin temor a
equivocarnos, la mala alimentación de gran parte de la población viene a
explicar estos hechos; la mayoría de las calles son lodazales insanos en las
que juegan los niños; no hay nada parecido a un desagüe y el agua corriente es
algo desconocido para los villafranqueros; el agua “buena” se consigue en la
fuente de la plaza o se trae de los pozos de Navarro y la de lavar y otros
usos, se saca los pozos domésticos que disponen de un nivel freático cercano.
Un panorama social y económico que se aproxima al de siglos anteriores.
Han mejorado
algunas cosas, los lugareños disponen de agua potable de buena calidad en el mismo
centro del pueblo, las calles centrales lucen un empedrado lustroso que las
hace transitables, la economía va mejorando poco a poco y la sensibilidad
social de la administración es mayor, buen ejemplo de ello es este
interrogatorio y las mejoras en la sanidad. Villafranca está entrando, como el
resto de España, en un proceso de modernización, de mejora económica y social,
aunque sólo esté en el último vagón del tren llamado progreso.
Félix Patiño Galán
[1]
Impuesto indirecto que gravaba bienes de primera
necesidad y pagaba todo el mundo pero afectaba a los más pobres.
[2]
AMVC 395.5 Expediente de Epidemias – 1913
muy interesante, felicitaciones por esta búsqueda en las fuentes de la historia y la posibilidad de conocer hoy lo de ayer, para aprender de la experiencia y alcanzar un futuro mejor (si fuera posible, claro)
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